lunes, 30 de septiembre de 2013

ANALFABETO POLÍTICO: OPUS I

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El Analfabestia Político
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El analfabetismo político es uno de los peores analfabetismos. En rigor de verdad, el analfabetismo político es letal, dado que sus consecuencias son de orden colectivo, y todos pagamos el pato (y en este caso el todos tiene entidad y peso) cuando el analfabeto político toma una u otro camino montado en el jamelgo de la supina ignorancia que él considera un caballo de carrera.
Este es el peor de los problemas del analfabeto político: conjetura que su desconocimiento es una virtud y que la miopía de su criterio es un valor para atesorar.
Como transita por la vida con esa falsa certidumbre, pontifica a dedo índice suelto, desparramando errores de apreciación y razonamientos sin fundamento por todas partes. De la misma forma se apropia de argumentos que no poseen mayor peso que la repetición. Los reproduce con el mismo gesto de suficiencia con el que descalifica lo que no comprende y desestima aquellos senderos que le exigen análisis profundos y sostenidos.
Porque antes que todo y previo a nada, la condición que distingue al analfabeto político es la pereza intelectual. La pachorra domina sus incursiones en el mundo de las ideas, pero como quiere tener razón a como de lugar y contra cualquier evidencia recurre a los reservorios de frases y pensamientos hechos, de forma tal de simular una idoneidad que no posee.
Así, veremos al analfabeto político despotricando contra el marxismo o el neoliberalismo sin haber transitado ni siquiera un tibio manual que le explique los rudimentos de ambos. No tener idea de lo que está hablando no es impedimento alguno: el conocimiento puede ser reemplazado por la batería de opiniones y prejuicios que ha escuchado por ahí (sobre los que tampoco ha meditado demasiado) y que amplifica con gesto de mono sabio
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Si les gustó o quieren más argumentos para insultarme to be continued...
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4 comentarios:

Rob K dijo...

Curiosamente, con la misma argumentación se puede minar la razonabilidad del voto universal. (Y me apresuro a aclarar que coincido con su planteo, Dormidano, que también enunció en su tiempo Brecht).

Moscón dijo...

El famoso peligro del fanatismo.Cuando está por encima de la poca o mucha idea sobre el tema la comprensión de la realidad se hace antojadiza y es directamente proporcional al tamaño del enredo,e inversamente proporcional a la solución del mismo.

José Pepe Parrot dijo...

Rob:
Si, se puede.
Aquí me permito una reflexión veloz y poco profunda: supongo que la democracia y el voto que la sustenta, debería fundarse en el conocimiento y formación del ciudadano. Supongo que cualquier proceso que busque igualar posibilidades y oportunidades debería apuntalar ese trabajo lento pero necesario.
Claro que no ocurre. No señor. De todas formas uno se lleva sus sorpresas. En la franja de los tipos que tienen más acceso a la posibilidad de formarse, se encuentra la mayor cantidad de analfabetos políticos.
Espero explicarme porqué.

José Pepe Parrot dijo...

Moscón:
Dio en el blanco con mucha perspicacia.